Por Ybrahim
Luna
A diferencia
de lo que muchos piensan, el conflicto Conga no inició en septiembre u octubre
del 2011 cuando pobladores de diversos caseríos (Namococha, Quengorio Alto, El
Alumbre, Corralpampa, San Antonio, etc.) inician protestas contra dicho
proyecto minero; o cuando el presidente Humala dijo en una entrevista frente a
algunos periodistas ¡Conga va!. O por el reciente y supuesto
“azuzamiento” político de campesinos por parte de dirigentes como Wilfredo
Saavedra, el presidente regional Gregorio Santos, o el líder ambientalista
Marco Arana.
La verdad es
que la génesis del conflicto Conga se puede rastrear mucho tiempo atrás. Ya en
el 2004, sin ‘Goyo’ y antes de que se les quitase esa potestad a las alcaldías,
el municipio de Celendín emitió la Ordenanza Nº
020-2004-MPC/A, resolviendo, según su Articulo Primero: “Declarar
ÁREA DE CONSERVACION AMBIENTAL, ZONA INTANGIBLE, RESERVA ECOLÓGICA y RESERVA
CONTRA LA EXPLOTACIÓN MINERA las jurisdicciones de : Azul
conga, La Laguna del Perol, Laguna Cortada, Laguna Alforjacocha, Laguna de
Milpo y las Microcuencas del Río Sendamal, Río Chugur, Río Chugurmayo por ser
zonas eminentemente agrícolas y ganaderas, además de todos los afluentes de la
parte baja, tanto manantiales, cochas y filtraciones, por formar parte del
colchón de aguas de la parte alta cuya jurisdicción pertenece al distrito de
Sorochuco”.
O la
solicitud de “inviabilidad del Proyecto Conga y la ampliación del
Proyecto Carachugo II”, que hicieran varios alcaldes, comités de rondas y
defensa, juntas de riego y dirigentes de la misma zona de influencia, como
Bambamarca, Sorochuco, Celendín, Huasmín, Santa Rosa, La Encañada, además de
Yanacanchilla Alta y Baja, Otuzco, etc., ante el MEM (Ministerio de
Energía y Minas) nada menos que el 15 de abril del 2005, con número de
registro de ingreso: 1527384. En dicha solicitud se pide la inviabilidad del
proyecto ya que “las minas Conga I, II y III están lamentablemente en la zona
más alta 3,700 a 4,262 m.s.n.m. en plena cabecera de cuenca de los ríos
Cajamarquino, Sendamal y Llaucano, ríos que drenan al Océano Atlántico desde la
Cordillera de los Andes donde existen lagunas cuyos nombres son: Laguna
Challaguón, Lucmacocha o Perol, Cortada, Empedrada, Azulconga, alforjacocha,
Agua Blanca, Picota, Pencayoc, Papacuay, Honda y otras más pequeñas,
pero con agua permanente, que tendrían que desaparecer y con ellas
desaparecería el agua para consumo humano”.
En la
solicitud del 2005 también se remarca que solo en los distritos de Sorochuco y
Huasmín existen 22 captaciones de agua potable, al pie de las lagunas, que
benefician a más de 50 comunidades incluida la capital del distrito de
Sorochuco. Y que en el distrito de Huasmín, al desaparecer las lagunas Cortada,
Empedrada y Azulconga; el canal Nº 8 – Jerez Jadibamba, que beneficia a 11
comunidades, quedaría sin agua.
En su guión TERCERO analizan:
“Son más de una docena de años que tenemos la presencia de Yanacocha en la
jurisdicción de La Encañada y hoy estamos más pobres que cuando empezó
a sacar oro esta transnacional (…) la Municipalidad de la Encañada
recibió de canon minero en el 2003, 16 céntimos de nuevo sol por poblador
diario, y aún así si nos dieran los 7 millones de dólares que tanto pregonaban
solamente llega a 2 soles diarios por poblador, pero a cambio recibimos
aguas ácidas.
En su guión CUARTO hacen
referencia al empleo, y aseguran que no permitirán que desaparezcan sus lagunas
a cambio de las ofertas de trabajo que viene haciendo la minera ya que solo
asegurarán 6,500 puestos como lo dice en el EIA de la ampliación de Carachugo
II, y que no se espera que el proyecto cree nuevos puestos de trabajo.
En los
siguientes puntos expresan que el proyecto destruirá todos los colchones
acuíferos de la zona que juntos forman el río Chonta el que cuenta con 36
canales grandes en su recorrido, beneficiando a las comunidades de Combayo,
Otuzco, Baños del Inca y Llacanora con 4,305 usuarios, cuyos canales son su
fuente de vida y fuente de ingresos económicos; y concluyen asegurando que las
cuencas a ser afectadas son exclusivas para la actividad agrícola y pecuaria,
así como para la pesca artesanal y poseedoras de un gran potencial turístico.
Entre los
firmantes de dicha solicitud está el recordado dirigente cajamarquino Edmundo
Becerra Cotrina.
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