Hace años comenzamos una investigación sobre la corrupción en el sector educación de la región Lima ; considerábamos entonces y nos reafirmamos ahora que la lucha frontal contra la corrupción no es exclusividad de partidos políticos, organizaciones magisteriales y menos de los gobernantes de turno; nuestro compromiso por mejorar la escuela pública en particular es un proceso largo y de mucha perseverancia, razón por la cual en ella deben de participar todos los agentes educativos.
La corrupción sistemática en el estado peruano no es exclusiva del sector educación, es de larga data en la historia de un estado que nació corrupto y que dejará de serlo cuando no exista tal como funciona ahora.
Nuestro propósito es demostrar a las autoridades y comunidad educativa la existencia de una red de corrupción en las Ugeles de Lima provincias y lamentamos comprobar que existen razones suficientes para iniciar un proceso de investigación de parte de la Contraloría General de la República.
UGEL Nº 16
Por esta Ugel han pasado muchísimos directores, desde su creación, y todos absolutamente todos, demostraron una incapacidad supina digna de repudiar.
Pero quien rebaso todo límite fue el ex integrante de la comisión reorganizadora del sector educativo, contratada en la época de Chui con un gasto superior de más de 200 mil nuevos soles.
Manuel Rosales se llama el ex director. Desde que llego solo se dedico a quedarse dormido en su sillón. En las pocas horas que estaba despierto se dedicaba a tocar su flauta. Si, el vino con este instrumento musical y no había ceremonia o acto público, que no la sacara y la tocara. Seguro se creía un ruiseñor.
Obra en nuestro poder abundante documentación probatoria que indicaría que su gestión fue la más corrupta de la historia de la Ugel. Como no dirigía ni sus pasos, su administrador Julio Breña y su Jefe de Abastecimiento. Este ultimo familiar del antecesor de Rosales, el inefable de Aníbal Bohórquez.
Este caso se remonta al 12 de julio del 2010, cuando el director de la IEP “José María Arguedas” de Cerro Blanco-Paramonga, el profesor Rafael Dávila Abriles, mediante oficio Nº 066-2010-DE-IE-JMA-CB-PGA, solicitara el requerimiento de materiales de accesorios de computadoras para supuestamente implementar el centro de computo de la institución que hoy, irónicamente continua conduciendo.
Hasta el mes de setiembre ese oficio durmió el sueño de los justos, en los archivos de la Ugel Nº 16.
Y fue el 29 de octubre , el día en que se emite la orden de servicio Nº 0000473, con Nº SIAF 0000000948, a nombre de Guerra Martínez Emma, con dirección Calle de la Poesía Nº 302 C.R. Torres de San Borja, y con RUC Nº 10419237154, la descripción obedecía a al SERVICIO DE MANTENIMIENTO DE ESTRUCTURA, por la suma de S/ 2,500.00 Nuevos Soles.
Curiosamente ese mismo día, cuando recién se ordenaba el servicio, se emitía también el comprobante de pago a la misma persona por el mismo monto y por la misma descripción del servicio.
O sea para el jefe de abastecimiento y administrador de la Ugel, el proveedor contratado era tan veloz que ese mismo día, realizo el servicio mencionado, líneas arriba.
Quienes eran los funcionarios sabelotodos: el administrador se llama Julio Cesar Breña Canales y ya no trabaja en la gestión y el Jefe de Abastecimiento se llama Roberto Carlos Arias e increíblemente…sigue trabajando en la Ugel , en el mismo cargo y como jefe de adquisiciones y contrataciones. El colmo.
El director de la IEEP “José María Arguedas”, Rafael Dávila Abriles, también de manera rápida el día 02 de noviembre del 2010, envía a la Ugel el oficio Nº 128-2010-DE-JE-JMA-CB-PGA, dando conformidad al servicio.
Pero en qué consistía dicho servicio, según el director de la IEP , en complicidad con el Jefe de Abastecimiento y el administrador, se habían realizado TRABAJOS DE ARREGLO Y MANTENIMIENTO DE LOS SERVICIOS HIGIÉNICOS E INSTALACIÓN ELÉCTRICA DE LA SALA DE COMPUTO del colegio mencionado.
Es decir, en menos de 4 días se había contratado al proveedor, se le había pagado y este a la vez había realizado el servicio. Todo en un santiamén. Cosa curiosa, estos sujetos fueron más veloces que el correcaminos.
Esto despertó las sospechas de OCI de la Ugel, que inicio una investigación a fin de determinar la veracidad del servicio mencionado, pues se sabía que estos no se habían realizado y menos la proveedora siquiera conocía Cerro Blanco en Paramonga. No había llegado ni un albañil, ni operario menos electricista a ese colegio. Sin embargo en nuestro poder obra el Informe Nº 0327-2010-ESP-ABAST-AGA-UGEL Nº 16 BCA, de fecha 02 de noviembre en la que el Jefe de Abastecimiento Roberto Carlos Arias Vilcapoma, solicita autorización del compromiso de pago para la citada proveedora por la suma de S/. 2,500 Nuevos Soles, por concepto del mantenimiento de estructura de la IEP “José María Arguedas” de Cerro Blanco- Paramonga.
SE DESCUBRE LA VERDAD
En el novísimo código procesal penal peruano encontramos en el ARTÍCULO 389.-MALVERSACIÓN : El funcionario o servidor público que da al dinero o bienes que administra una aplicación definitiva diferente de aquella a los que están destinados, afectando el servicio o la función encomendada, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años.
En tendiendo esto como un hecho punitivo y entendiéndose que para probar un delito es necesario elementos de convicción, estamos denunciando el día de hoy un presunto ilícito en la que estarían involucrados el Jefe de Abastecimiento, el ex Administrador de la Ugel Nº 16 y otros.
PORQUE LA PRESUNCION
Porque una vez conocida la inexistencia del servicio prestado por la proveedora Emma Torres y habiéndosele cancelado irregularmente unos haberes por un servicio no ejecutado. El Órgano de Control Institucional dirigido en ese entonces por el CP Humberto Huamani Villacorta, separado de su cargo por el nuevo director Jorge Borja Quineche, se apersono a la cita IEP y comprobó que jamás se había realizado el SERVICIO DE MANTENIMIENTO DE ESTRUCTURA y menos se había hecho el mantenimiento de los SSHH y otros.
Descubierto el Director del colegio, Rafael Dávila Abriles y acorralado por las evidencias, termina declarando la “verdad”.
Asi mediante acta de verificación firmada por su puño y letra, termina declarando que efectivamente ese servicio no se realizo, sino que el dinero le fue supuestamente entregado a el, para que pueda “comprar” accesorios para las computadoras del colegio que irónica indignadamente dirige, como si nada hubiera pasado.
En parte de sus declaraciones manifiesta muy orondo: “en el 2010 a la fecha, la Ugel Nº 16 no ha realizado ningún trabajo en nuestra IE.”
Asimismo manifiesta: “yo emití el oficio de conformidad de un servicio no realizado en este colegio, porque la líder de la Unidad de Costeo, me informa en una reunión, le habían manifestado que no había dinero para la compra de bienes de capital, porque yo le dije que necesitaba implementar o reparar dos computadoras, entonces la líder profesora Tarcila Ramos Varillas, me informó que se podría ser presentando un documento de algún trabajo realizado en nuestra IE, pero que ese dinero, que seria para esa necesidad, se destinaria para hacer las compras para los accesorios de computadora. Para ello se debería de dar la conformidad del caso de los trabajos que se deberían de hacer en los SSHH y la sala de computación. A la fecha me informan que ya ha sido destinado dicho presupuesto para a compra de accesorios de computadoras, según el pedido realizado por mi persona”.
CORRUPCION COMPROBADA
Con estas evidencias, se podría incluso dudar de la supuesta compra de accesorios para computadoras.
Lo cierto es que se realizo un pago por un servicio no ejecutado, y ese dinero supuestamente se uso para otra cosa distinta, a la de su requerimiento.
MAS DATOS
Acá están embarrados el actual Jefe de Abastecimiento y el ex administrador y más aun también el director de la IE Rafael Dávila Abriles, pues todos se asociaron para perjudicar económicamente a la Ugel Nº 16.
Lógicamente de esto tiene conocimiento el actual Director de l Ugel Jorge Borja Quineche, y según el nuevo código penal esta punible de cometer los siguientes delitos:
1.- Artículo 407.-Omisión de denuncia
El que omite comunicar a la autoridad las noticias que tenga acerca de la comisión de algún delito, cuando esté obligado a hacerlo por su profesión o empleo, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años.
Si el hecho punible no denunciado tiene señalado en la ley pena privativa de libertad superior a cinco años, la pena será no menor de dos ni mayor de cuatro años.
2.- Artículo 377.- Omisión, rehusamiento o demora de actos funcionales
El funcionario público que, ilegalmente, omite, rehusa o retarda algún acto de su cargo, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta a sesenta días-multa.
CONCLUSION
Esta es una prueba irrefutable de corrupción en la anterior gestión de la Ugel 16, de los responsables, increíblemente uno de ellos sigue trabajando en el mismo cargo y según nos dicen con contrato permanente en el CAP para todo el 2011, y es el jefe de abastecimiento Roberto Arias Vilcapoma.
El director de la Ugel Jorge Borja Quineche, sino quiere verse involucrado en una futura denuncia, tiene que poner en conocimiento del MP este hecho vergonzoso e irregular y debe de destituir al funcionario mencionado, mas aun cuando ahora se tiene conocimiento de compras sobrevaloradas de productos de útiles de oficina, que son distribuidos a los colegios de la provincia de Barranca.
Al término de la distancia, esperamos que lo haga, sino seremos nosotros los que lo hagamos, bajo responsabilidad de denunciarlo por encubrir este hecho indignante.
Ahora solo cabe preguntarle al señor Alvarado: ¿no dice que su gestión regional es impecable y que no existen signos de corrupción?...
¿O es que la amistad del ex director de la Ugel Aníbal Bohórquez con uno de los aliados del Toro se impone a la lucha frontal contra la corrupción mil veces anunciada por Alvarado?.
Esperemos el desenlace final. Para habla de pescado hay que tener mucho cuidado, Javier Alvarado. Y a propósito , ¿hasta cuándo esperamos la reposición del jefe de OCI, separado precisamente de su cargo por el actual director de la Ugel, por ser incomodo con sus investigaciones.
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